La terapia asistida con animales se refiere al uso de un animal que se considera adecuado para trabajar con personas que reciben tratamiento de trastornos físicos o psicológicos humanos, coordinado por un profesional humano con un conocimiento profundo de los animales involucrados.
La TAA está diseñada para promover mejoras en las funciones físicas, sociales, emocionales o cognitivas humanas, y puede proporcionarse en entornos individualizados o grupales, con documentación y evaluación del proceso y los resultados. (AVMA 2018; Lefebvre 2008; Marino 2012)
El uso de animales en terapia humana se describió por primera vez en 1792 (McCulloch 1986) pero como modo de tratamiento fue introducido formalmente en 1969 por el Dr. Boris Levinson (Levinson 1969), un psiquiatra, que observó la interacción entre un perro y un niño con autismo.
Se ha informado que la TAA ayuda a las personas con trastornos mentales al iniciar la interacción social de manera controlada, lo que puede conducir a una disminución de la sensación de soledad y agitación (Banks 2002; LeRoux 2009; Sellers 2006). Se han informado niveles elevados de neuroquímicos asociados con la relajación y el vínculo en receptores humanos después del tratamiento (Filan 2006).
En términos de aspectos socioemocionales, la TAA puede beneficiar a los individuos al ofrecerles compañía para reducir el aburrimiento y la sensación de aislamiento; brindar placer, relajación y una fuente de motivación (Ohtani 2015); y abordando las necesidades físicas y emocionales insatisfechas mediante la participación conjunta en actividades relacionadas con objetivos (Ebener 2017). En una encuesta piloto, la TAA pareció estar asociada con un aumento de la fuerza muscular y la amplitud de movimiento; mejor manejo del dolor; presión arterial y frecuencia cardíaca reducidas; y mayor responsabilidad, autoestima e independencia de las personas, en algunos estudios de cohortes, se ha informado que la TAA mejora la ingesta nutricional (Edwards 2002), reduce la depresión (Travers 2013) y reduce el uso de medicamentos en personas mayores con demencia (Lust 2007). Un protocolo Cochrane sobre el uso de TAA en personas con enfermedades mentales graves utiliza un límite de seis meses para definir un período de evaluación de resultados a corto plazo (Downes 2013).
En ÁNIMA hemos construido un marco de intervención controlada, incorporando en nuestras atenciones, el apoyo y compañía de “Freud”; un Golden Retriever que está dispuesto a motivar los procesos individuales generando amorosamente bienestar en cada visita, en personas aptas para recibirlo y siempre bajo la supervisión de un terapeuta calificado.
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